La lengua, ese órgano que nos permite pronunciar correctamente casi cualquier palabra, es la protagonista de nuestra actividad diaria en Global Link Idiomas. No porque hablemos mucho, que también, sino porque facilita en gran medida la comunicación, independientemente del idioma que se hable. La clave, en parte, es la pronunciación. Piensa ahora en los más de 7.000 idiomas que hay en el mundo. Un auténtico malabarismo para algo tan pequeño, ¿verdad?

Sí, resulta fundamental para aprender casi todos los idiomas que existen. Y decimos casi todos con pleno conocimiento: la lengua de signos es un claro ejemplo. Pero volvamos al órgano que nos facilita el habla. Queda claro que tiene una mayor relevancia de lo que puede parecer: ¿cómo dar un apasionado beso sin su ayuda? Piensa, por otro lado, en tu alimentación: haz la prueba e intenta comer unos macarrones boloñesa sin mover la lengua. O, aunque sólo sea por placer, ahora que llega el verano, ¿quién se resiste a un buen lametazo de helado?

Lenguas cortas, largas, afiladas, retráctiles, bífidas, viperinas… Muchos tipos de un mismo órgano. Aunque ahora nos resulte medianamente fácil dominarla, a los más pequeños les supone un reto enorme, especialmente a la hora de pronunciar palabras como ratón, Ricardo o retórica (porque hay bebés avanzados). La lengua es todo un patrimonio de la humanidad, muy temida a veces. Y si no, basta con echar un vistazo al refranero popular y tomar nota: «La lengua no tiene dientes, y más que ellos muerde».

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